La deuda ilegítima, las políticas de austeridad y los modelos extractivistas impuestos por el FMI, el Banco Mundial y los países del Norte Global continúan profundizando la crisis económica, climática y social que golpea especialmente a las comunidades rurales y a las mujeres del Sur Global.

Mientras los gobiernos destinan más recursos al pago de intereses que a la educación, la salud o la alimentación, las mujeres rurales sostienen la vida: cuidan la tierra, preservan la biodiversidad y alimentan a sus comunidades. Sin embargo, la deuda y el extractivismo les arrebatan sus medios de vida, su tiempo y su poder de decisión.

Por eso, desde RIPESS —Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social y Solidaria— nos unimos a esta movilización global para exigir justicia económica, climática y de género.

Lee y únete a la declaración colectiva.


La actual arquitectura económica y financiera global —configurada por políticas fiscales, de deuda, comercio y clima— profundiza sistemáticamente las desigualdades de género e interseccionales entre las comunidades con las que trabaja RIPESS.

Estas dinámicas se manifiestan en múltiples frentes interconectados:

  • Políticas fiscales y tributarias perjudiciales. Las medidas de austeridad y la tributación regresiva debilitan la capacidad de los Estados para financiar servicios públicos y sistemas de protección social.
    Esto afecta de manera directa a las mujeres y los grupos marginados, que dependen de estos servicios para acceder a salud, educación, cuidados y derechos básicos.
  • Deuda y ajuste estructural. Los ciclos de endeudamiento insostenible y los programas de ajuste estructural impuestos por las instituciones financieras internacionales exigen recortes en sectores esenciales.
    La deuda se prioriza sobre la vida, reduciendo el espacio fiscal necesario para políticas de igualdad, justicia social y transición ecológica.
  • Comercio y extractivismo. Los acuerdos comerciales y los modelos extractivistas privilegian a las grandes corporaciones frente a las economías locales.
    Esto erosiona la soberanía alimentaria, debilita las prácticas agrícolas sostenibles y limita el poder económico y político de las mujeres en sus comunidades.
  • Crisis climática y exclusión. Las comunidades menos responsables del cambio climático —en su mayoría rurales, indígenas y feminizadas— sufren los impactos más severos mientras son sistemáticamente excluidas de la toma de decisiones sobre clima y transición energética.
  • Evasión fiscal y círculo de deuda. La evasión y elusión fiscal corporativa drenan recursos públicos, agravando la deuda y justificando políticas de austeridad que reducen el gasto social e impiden una acción climática efectiva.
    Este círculo vicioso golpea con más fuerza a las mujeres y comunidades históricamente marginadas.

Cancelar la deuda es liberar a los pueblos del Sur del ciclo de dependencia y empobrecimiento perpetuo.
Es también una cuestión de justicia feminista y ecológica, porque la deuda afecta de manera desproporcionada a las mujeres y destruye los ecosistemas que sostienen la vida.

Los préstamos condicionados, la privatización de servicios públicos y la expansión de proyectos extractivos empujan a millones de personas al hambre y la pobreza.
No puede haber soberanía alimentaria ni transición justa mientras la deuda siga asfixiando nuestras economías.


En todos los territorios, las mujeres rurales y las organizaciones de la Economía Social y Solidaria (ESS) están construyendo alternativas concretas:
cooperativas agroecológicas, sistemas comunitarios de agua y energía, redes de cuidado y economías locales basadas en la solidaridad y la sostenibilidad.

Ellas demuestran que la transición justa empieza desde abajo, desde las comunidades que siembran autonomía y justicia cada día.
Por eso, exigimos reparaciones y financiamiento público no basado en deuda, para fortalecer estas iniciativas que alimentan al planeta y cuidan la vida.

Descubre cómo las experiencias y luchas de quienes, desde sus territorios, hacen posible la transición hacia la Soberanía Alimentaria a través de la Economía Social y Solidaria (ESS).

Judith Hitchman: Construyendo puentes entre Soberania Alimentaria y ESS
Urgenci / RIPESS Europa
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Elise Pierrette Memong Meno: Sin mujeres pescadoras, no hay soberanía alimentaria
RAESS / RESSCAM – Camerún
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Souhir Inas : Ecosistemas solidarios desde los oasis de Drâa-Tafilalet
Red Marroquí de Economía Social y Solidaria (REMESS) 
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Juana Anchiraico: De la Chacra a la Olla
Grupo Red de Economía Solidaria del Perú (GRESP)
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Sandra Moreno Cadena: Semillas de Solidaridad desde la Economia Social Solidaria
RIPESS Intercontinental
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Ruby van der Wekken: La alimentación como bien común, piedra angular del cambio sistémico
Cooperativa alimentaria Oma maa
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Únete a las acciones de la Global Week of Action (GWoA) y amplifica las voces de quienes sostienen la vida.
Entre el 15 y el 17 de octubre, coincidiremos con el Día Internacional de las Mujeres Rurales, el Día Internacional por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos y el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, para decir con una sola voz: