
Ruby van der Wekken forma parte de la cooperativa alimentaria Oma Maa (“Nuestra Tierra”), ubicada en la región de Helsinki, Finlandia. Desde hace más de 16 años, esta cooperativa trabaja por la soberanía alimentaria a través de un modelo de Agricultura Sostenida por la Comunidad (CSA), que une a productores y consumidores en un esfuerzo colectivo por transformar el sistema alimentario.
La cooperativa produce bolsas de alimentos ecológicos y veganos durante 50 semanas al año, incluyendo tanto productos primarios como secundarios. Cultivan verduras, frutas, granos, harinas y copos, y elaboran alimentos transformados como yogur de avena, tofu de cáñamo (hefu), falafel de guisantes, aceite de colza, seitán de trigo, jaleas de bayas y otros productos elaborados exclusivamente con ingredientes de la finca. Esta producción no solo busca alimentar, sino también educar y empoderar, derribando las barreras entre quienes cultivan y quienes consumen.
El contexto en el que opera Oma Maa es complejo. Finlandia, como muchos países del norte global, enfrenta una despoblación rural, el cierre de pequeñas granjas y políticas agrícolas que favorecen la producción a gran escala, monocultivo y no ecológica. La legislación también apoya modelos industriales de transformación alimentaria, dejando de lado los esfuerzos comunitarios y cooperativos. A esto se suma una situación política marcada por recortes al estado de bienestar, lo que limita la capacidad de muchas personas para acceder a alimentos sanos y locales, tanto por razones económicas como de tiempo.
Frente a estos desafíos, Ruby y su colectivo defienden que las iniciativas de la Economía Social y Solidaria, como Oma Maa, son piedras angulares para el cambio sistémico. No se trata de soluciones pequeñas, sino de modelos que pueden transformar profundamente nuestras comunidades y sociedades. Cambiar el sistema alimentario implica cambiar la forma en que nos relacionamos con la tierra, con los demás y con nuestras necesidades básicas. Pero este cambio solo será posible si está en manos de las personas y sus valores, no del mercado orientado al lucro.
La cooperativa ha impulsado la creación de una red nacional de CSA en Finlandia y colabora con otros actores a nivel nacional. Sin embargo, la presión del día a día y la falta de recursos dificultan el avance de estas estructuras. El modelo requiere un volumen mínimo de pedidos para poder sostener la diversidad de productos y remunerar justamente a los miembros productores, algo que actualmente no se está logrando.
Ruby aporta al foro una visión clara: la lucha por la soberanía alimentaria en el norte global está profundamente conectada con las luchas del sur. Cultivar nuestros propios alimentos es también una cuestión de justicia. Las cooperativas como Oma Maa no solo alimentan, sino que construyen esperanza. En palabras del agricultor Jukka Lassila, miembro de la cooperativa: “Primero cuidamos la tierra; luego vemos lo que comemos. La comida es lo que nos une. Y en manos de quien esté el control del sistema alimentario —incluida el agua—, en esas manos estará el control de la sociedad.”