Irene Jara Cadogan es una activista chilena de la zona sur entre la región de la Araucanía y Los Ríos. Desde hace 20 años Irene acompaña procesos de formación en especial en desarrollo local y organizacional, en una Red de organizaciones territorial que buscan otras formas de hacer y vivir la economía en el sur. La Red desde hace dos decadas construye lazos de confianza en los territorios y llevando a la práctica otras formas de relacionarse y vivir lo económico basados sobre todo en la sabiduría del pueblo ancestral Mapuche. Irene es también miembro de la Comisión Género de RIPESS LAC.

 

¿Por qué te involucraste con la ESS?

Me involucré hace muchos años por  el trabajo con organizaciones de base popular y campesina quienes se organizaban para tener vida asociativa en su trabajo y acceder a otros beneficios. Luego viviendo en la zona de la Araucanía, que es el territorio histórico del Pueblo Mapuche trabajé años en organismos que abordan la defensa de los derechos de los pueblos originarios. En este espacio comenzó a ser más evidente la reflexión de que esta demanda de reconocimiento político de los pueblos originarios no tenía aún una propuesta económica que lo acompañara. El centro estaba puesto en aspectos de la vida política de avanzar con cambios pero no se abordaba aún en lo teórico propuestas económicas que acompañaran el proceso. Esto lo ví por mi cercanía familiar y laboral con profesionales del área económica. Comprendí que está todo unido y que “lo económico” es en algunas sociedades un eje conductor de la vida de los pueblos, por tanto se debe estar presente ahí, hacer reflexión y desarrollar propuestas de cambio basadas en otros valores y formas de relación.

 

¿Y cúal es tu visión de la ESS?

La ESS tiene propuestas basada en valores. Valores que comparto, centrados en la emancipación de las personas y de los pueblos, en la búsqueda de su dignidad, en la justicia social y hoy en el centro del respeto y cuidado de la vida. Hay una fuerte orientación que dirige el actuar de los que nos movemos en la ESS y esa visión tiene sentido. Por el contrario, la economía cada día más imperante en mi país y en el resto de America Latina era y es la del capital, la del mercado, de la explotación de los recursos, etc. Una economía que esclaviza a las personas y los pueblos en beneficios de una elite minoritaria. Creo que la Economía Solidaria no es solo un área o propuesta económica sino que es una forma de vida donde está todo unido.

 

¿Qué opinas del lugar de la mujer en la ESS?

En la historia como parte del movimiento de Economía Solidaria de Al me llamo siempre la atención que se reconociera con énfasis el trabajo de algunos varones, pensadores, profesionales o no que son parte del movimiento y me extrañaba la falta de nombre de mujeres en ese ámbito, falta para mi reconocer que tenemos grandes “maestras de la Economía Solidaria “ entre nosotros. Eso es algo que me ha inquietado porque en la practica en los territorios son las mujeres las que mueven y desarrollan la vida , las que cuidan el territorio. Son las mujeres el rostro de otras economías y tendría una lista interminable de nombres para decir y compartir. Esto me motivo para entrar en la Comisión de Género   que comenzó a desarrollar RIPESS Latinoamérica.

Esta experiencia de conformar junto a otras compañeras una nueva comisión que mirara lo económico desde los ojos y vivencia de mujeres ha sido y es un desafío permanente. Es también un aprendizaje el dialogo en la diversidad y la unidad de enfoques , el escuchar los enfoques cada uno interesante e importante que habla de otras historias locales y personales vividas en cada país y territorio como mujeres nos enriquece cada ves y nos exige vivir la tolerancia, la escucha permanente el dialogo y respeto en cuestiones concretas. Tarea que no es fácil ni sencilla

 

¿Dónde desarrollas tu trabajo?

Primero señalar que la ESS para nosotros es colectiva, es asociativa, no la desarrollo sola sino como parte de un colectivo mayor. Esas son las Redes, las organizaciones los tejidos de amistad y camino juntos que se hace. Y se desarrolla en un Territorio concreto, con su vida, su historia su realidad, Es hoy para mi Economía Solidaria en el Territorio que habito y que me habita porque me va enseñando y nos habla si sabemos escuchar. En nuestro caso es un territorio Mapuche con toda su historia y cosmovisión, con las dificultades y grandes desafíos, hoy intervenido militarmente. En esta realidad hacemos redes de apoyo, de confianza que es lo primero para buscar propuestas concretas que involucra lo económico pero como una parte de algo mayor, la ESS permite esa mirada. Nuestra Red de Economías Territoriales del Wallmapu tiene cerca de 20 años y la conforman diversas organizaciones de los territorios del sur. Se realizan encuentros de varios días cada ciertos meses donde se comparten las noticias de los territorios, se realizan mercados con identidad y se reflexiona por donde y como caminar en la defensa del territorio, del agua, de los alimentos  y de la vida. En este espacio de la Red se desarrollan programas que fortalece la visión general como el de Huertas Mapuche o el de Cocina Tradicional y ancestral, entre otras que permite aprender y compartir e innovar en el hacer de las organizaciones y familias. La decisión fue pasar de la resistencia en los territorios a la propuesta con acciones concretas que lleven el sentido y valores a la práctica.

 

¿Podrías explicarnos como la pandemia impactó en el territorio?

Ha sido muy fuerte este tiempo por las limitaciones impuestas sobre todo el de no contar con los  espacios de reunión y encuentro. Muchos y muchas de los socios que son parte de la Red no manejan la tecnología para estar conectados. Eso ha afectado la vida y el trabajo que desarrollamos. Junto a esto y dado el contexto de estar bajo un “ decreto de estado de excepción” en el país ha permitido que el territorio mapuche sea mas intervenido y militarizado lo que dibuja un ambiente muy delicado hoy día.

Dentro de ello y en ese contexto brota la capacidad de adaptación de todas y todos quienes han creado otras formas para mantener los vínculos y algunas actividades que dan vida a las organizaciones.

Las mujeres en nuestras Redes son sobre todo defensoras de los territorios y de la vida por lo que sigue el trabajo de estar atentas a esta nueva realidad.

 

¿Qué beneficios en pertenecer a redes globales?

Diría que es sobre todo conocer, intercambiar, aprender. Visibilizar lo que se esta haciendo. Reconocer hermanas y hermanos que tienen un mismo sentir en otras partes del mundo. Por lo general nos vemos más absorbidos por lo cotidiano y lo territorial , es una tarea abrirse a otros lugares y experiencias.