Desde la región marroquí de Drâa-Tafilalet, Souhir Inas, joven activista de menos de 30 años, llega al Foro de Nyéléni con una maleta cargada de experiencias, saberes y esperanza. Forma parte del Réseau Marocain de l’Économie Sociale et Solidaire (REMESS), y trabaja junto a cooperativas femeninas, juventudes rurales y colectivos comprometidos con la transformación de su territorio.

Drâa-Tafilalet es una tierra fértil en recursos naturales —dátiles, azafrán, plantas aromáticas y medicinales— pero también marcada por la marginalización, el cambio climático y el éxodo rural. En este contexto, Souhir y su comunidad han convertido la economía social y solidaria (ESS) en una herramienta viva para resistir y regenerar. A través de proyectos agroecológicos, bancos comunitarios de semillas, cadenas cortas solidarias y talleres de formación, promueven una soberanía alimentaria inclusiva, arraigada en lo local y conectada con lo global.

A nivel nacional, la ESS representa el 2,4 % del PIB y el 6 % del empleo formal, con más de 41.000 cooperativas, 30.000 asociaciones y múltiples mutualidades que benefician a cerca de 4 millones de personas. En Drâa-Tafilalet, esta economía representa el 7,54 % de las cooperativas del país y el 9,31 % de sus integrantes, lo que la convierte en un motor esencial del desarrollo inclusivo.

Los desafíos a los que se enfrentan son la escasez de agua, la precariedad de las personas productoras a pequeña escala, la falta de acceso a mercados justos y la exclusión de mujeres, juventudes y otras identidades en los procesos de toma de decisiones. A esto se suma la amenaza creciente de incendios que cada año arrasan las palmeras, poniendo en peligro los oasis, la biodiversidad local y los medios de vida de las comunidades rurales.

Frente a esta realidad, Souhir impulsa campañas de sensibilización ciudadana, redes de solidaridad comunitaria y acciones de rehabilitación ecológica. También promueve la recuperación de saberes tradicionales sobre la gestión sostenible del agua y la tierra, y fomenta alianzas entre actores de la ESS para unir esfuerzos y desarrollar mercados de proximidad.

En su maleta para Nyéléni, Souhir trae la experiencia de las cooperativas de Drâa-Tafilalet, un dátil como símbolo de resiliencia frente a la sequía, y un mensaje claro: que la soberanía alimentaria pasa por la valorización de los saberes locales, la solidaridad y la inclusión de las comunidades marginadas.


¡Descubre más semillas de solidaridad rumbo a Nyeleni 2025!