Contextualización

La década de los noventa los movimientos sociales declaraban su oposición ante la llegada del periodo del capitalismo neoliberal. En este periodo surgen organizaciones importantes que proponen alternativas al sistema, incorporando la perspectiva de la Economía Social Solidaria desde las diferentes realidades de cada país.

Al conmemorar los doscientos años de la independencia de Perú, en 2021, muchas organizaciones sociales han impulsado propuestas de considerar la dirección de las otras economías como una esperanza de lograr sacar al país de indicadores de pobreza, exclusión y desigualdad en que las propuestas oficiales no han podido lograr.

Muchas de estas organizaciones han sido base de movimientos a nivel nacional conformando redes con impacto internacional, tal es el caso del Grupo Red de Economía Solidaria del Perú (GRESP), el cual surge en 1997, logrando generar un impacto en 24 localidades del país. Además impulsa mercados para los agricultores y artesanos.

En Perú se elaboró un Acuerdo Nacional en un pacto con los partidos políticos aprobado en  2011, donde por consenso se proponen aspectos de convivencia para las  satisfacciones de necesidades de la población y los desarrollos de las capacidades en los sectores de salud, vivienda, educación y economía. En este marco, las experiencias con mayor impacto, no solo atienden cuestiones de bienes o servicios, sino, además el fortalecimiento de la democracia y el Estado de derecho.

Las iniciativas de economía social y solidaria han rescatado a miles de personas de la extrema pobreza, generando una alternativa, como es el caso de los comedores solidarios, que garantizan el derecho a la alimentación. En 2013 llegaron a 2, 775 de los cuales 1,930 fueron subsidiados por el gobierno y el resto por las organizaciones principalmente de mujeres (Gresp, 2018).

Las propuestas de economía solidaria varían desde actividades basadas en el don, hasta el reparto equitativo y democrático de los procesos productivos, son procesos de esfuerzo colectivo con un proyecto político dirigido a un desarrollo humano, integral y solidario.

El Grupo Red de Economía Solidaria del Perú (GRESP) es una Asociación Civil integrada por Gremios Sociales, Organizaciones No Gubernamentales, Organizaciones de Confesión Religiosa, Entidades de Cooperación Internacional con sede en el Perú y personas comprometidas, que promueven prácticas de economía asociativa basadas en relaciones de solidaridad en la economía, que está presente en los diversos territorios del país[1] (extraído de documento de presentación de GRESP)

GRESP en su trabajo impulsa la creación de diversos grupos con iniciativas de Economía Solidaria centrados en el desarrollo económico local, junto a ello ha fortalecido y animado la Red peruana de Comercio Justo y Consumo Ético el cual impulsa la creación de mercados para los productos de agricultores y artesanos que trabajan con criterios agroecológicos y de comercio justo. Asimismo, GRESP ha colaborado en la formación del Grupo Parlamentario “Cooperativismo y Economía Solidaria” en el Congreso de la República del Perú.

GRESP ha contribuido también a la articulación de experiencias de economía solidaria y comercio justo a nivel internacional, en tanto miembro fundador de la Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social Solidaria (RIPESS) y de la Mesa de Coordinación Latinoamericana de Comercio Justo.

Esta organización promueve la asociatividad, la cooperación y la autogestión, sus acciones principales son la producción, la comercialización de bienes y servicios y el consumo. Estas acciones se realizan pensando en el consumidor pero con el respeto al medio ambiente y preservando la naturaleza.

Quienes integran GRESP actualmente: Actualmente la red está integrada por 19 organizaciones a nivel nacional, los integrantes de la mayoría de las organizaciones también participan en otros espacios culturales, sociales, políticos y religiosos, por tanto, la actividad en economía solidaria no es exclusiva.

 

Logros e incidencias importantes 

Se ha logrado avanzar en diversos campos de acuerdo con las demandas y necesidades de las y los socios de las organizaciones. Los campos de actuación están vinculadas a las áreas de artesanía, ayuda a estudiantes de escuela por universitarios, capacitación en negocios, formación en economía solidarias, capacitación a organizaciones campesinas en relación con género y recursos, orfebrería, producción y comercialización.

En materia de incidencia política debemos señalar que en el año 2016 se realizó una propuesta de Ley de ECOSOL, la que fue rechazada porque no se ajustaba a actual constitución del Perú. Constitución que sabemos que necesita ser modificada, debido a que promueve la economía capitalista sin limitaciones señalando que su objetivo es promover la inversión. Se privilegia al capital por sobre el trabajo, reduciendo los derechos laborales y minimizando los procesos de corrupción.

Actualmente en dos Municipios de Arequipa se está conversando sobre dos disposiciones legales para promover la Economía Solidaria en estas zonas, debido a que una experiencia ha sido que las iniciativas con mayor éxito han sido las impulsadas de manera local, donde las autoridades brindan espacios y marcos legales para desarrollar actividades comunitarias.

El 3 de octubre de 2021 se ha lanzado la 2da Reforma Agraria, esta reforma contempla el acceso de los campesinos a los mercados locales, con ello la inclusión de 2.2 millones de pequeños productores. En esta reforma no se han contemplado expropiaciones del territorio.

Además la Marcha Mundial de Mujeres, Género y Economía, lucha contra la pobreza y la violencia contra las mujeres. Tiene como principal objetivo organizar un grande movimiento de solidaridad entre las mujeres que quiere construir un mundo libre de todas las formas de opresión y discriminación y, por lo tanto, de crítica al actual modelo capitalista, patriarcal, racista y homofóbico.

El trabajo fue enfocado considerando los ámbitos productivo y reproductivo y la intensificación de la división sexual asociada a la división internacional del trabajo como determinante para el mantenimiento de los actuales niveles de explotación del modelo capitalista neoliberal. Como resultado de ha propuesto al Ministerio de Agricultura que se aborden aspectos específicos para el empoderamiento de la mujer en la segunda reforma agraria del país.
Beneficios de la comunidad y organizaciones que conforman la Red

 

Además de lo señalado en el párrafo anterior ha sido relevante la producción de alimentos diversos que se realiza ya que esto redunda en la salud alimentaria, en comedores populares a través de los cuales se garantiza la calidad alimentaria. Todo ello de manera temporal por no contar con recursos de financiamiento. En articulación con instituciones del Estado se obtienen apoyo de alimentos.

Es importante destacar que el trabajo en economía solidaria de la mayoría de las personas está basado en la acción de voluntariado. Se ha avanzado no solo ampliando la concepción de economía solidaria y por tanto la incidencia social y política.
Desafíos y cambios generados a partir del periodo Pandemia 

 

El apoyo en cuestión de género, se puede subrayar que se realizan algunas acciones concretas en diferentes ámbitos desde las experiencias de diferentes organizaciones:

 

En la Cooperativa de ahorro y crédito San Hilarión se cuenta con un fondo solidario para atención de salud. En las otras organizaciones se ha avanzado durante el periodo de pandemia a una mayor conciencia en el cuidado de la salud, nutrición e higiene.

Los desafíos que se presentan desde la economía solidaria es el de promover una mayor incidencia en políticas públicas del Estado orientadas a la atención de la salud de la familia.

 

 

  • Gobiernos locales

Además de postas médicas para que se promuevan políticas de salud preventiva en coordinación con las familias del territorio.

Por último, promover cursos de capacitación dirigidos a las mujeres en los barrios sobre vigilancia epidemiológica, nutrición y salud preventiva. Además de diseñar un plan de reactivación económica local con la cual han tratado de impulsar algunos emprendimientos colectivos.

 

  • Vivienda

Dada la realidad de las familias en los diferentes espacios geográficos, el mayor desafío es la incorporación del aporte de la mujer en las asociaciones barriales para el diseño de los espacios públicos y la casa familiares acordes con la perspectiva del buen vivir.

  • Iglesias

El campo religioso y espiritual ocupa un espacio importante en la vida de los pueblos y familias. Los desafíos están orientados a democratizar los espacios de participación con mayor equidad en la distribución de responsabilidades entre mujeres y varones, sean estos, religiosos, religiosos o laicos y laicos. Urge también avanzar en una mayor participación de la mujer en la toma de decisiones y gestión de la vida eclesial institucional.

  • Educación

Se reconoce el aporte de la mujer en el acceso a una mayor educación tanto en grados de escolaridad como formación integral. Esto evidencia mayor empoderamiento para la gestión de su vida y familia y para obtener una autonomía económica. El desafío que se presenta es generar espacios para el desenvolvimiento de la mujer en ámbitos sociales y políticos. Asimismo, es urgente que las mujeres accedan a una mayor formación tecnológica de banda ancha y tenga acceso al uso de los diferentes medios y mejores equipos. De esta manera se disminuye la brecha en acceso y uso de tecnología dentro de la familia para afrontar los problemas entre padres, madres e hijos. Este desafío permite revalorizar el aporte de la mujer en la construcción de familias saludables y avanzar en roles compartidos entre hombres y mujeres.

  • Ingresos

En la mayoría de las organizaciones las mujeres son las que realizan la actividad económica. La mayoría de los varones no participan de la economía solidaria. Solo en el caso de las organizaciones vinculadas a la artesanía, los varones y mujeres participan de las actividades económicas conjuntamente. En la mayoría de las organizaciones el ingreso de las mujeres proviene, en un 80%, de las actividades de economía solidaria. En el caso de los varones, sus ingresos provienen de actividades no vinculadas a la economía solidaria: tienen trabajos como obreros, ambulantes, personal de seguridad, empleados.

Creemos que el mayor desafío será la formación de unidades productivas mixtas que permitan espacios conjuntos de construcción de relaciones más armoniosas en la responsabilidad de roles compartidos.

 

 

 

Economía Solidaria y género

 

En cuestión del papel de la mujer en relación con la economía solidaria se debe señalar que el centro orientador de las acciones que se realizan es el respecto del cuidado de la vida. Los trabajos en su mayoría de cuidado de atención de salud y de adultos mayores no son remunerados.

Existen organizaciones que se encuentran actualmente desarrollando programas de fortalecimiento a las mujeres entre ellas encontramos la  organización de mujeres GÉNERO y Economía quienes apoyan en la capacitación en técnicas productivas en coordinación con las universidades y postas médicas. En estos programas también se contempla  la formación en técnicas de cuidado y mejora de las relaciones familiares para afrontar la violencia familiar.

Debemos señalar que en la mayoría de las organizaciones de la Red el enfoque de género no está operativizado y no es aún tema de reflexión continua, por tanto, los avances son escasos y limitados.

[1] Extraído de documento de presentación en web de  GRESP.