Extracto de la Visión global de la economía social solidaria: convergencias y contrastes en los conceptos, definiciones y marcos conceptuales, documento publicado por RIPESS en 2015 como parte de un proceso de diálogo entre sus redes continentales iniciado en 2013)

La visión de la ESS ha sido aprobada comúnmente, pero los conceptos, definiciones y marcos subyacentes tienen, y continúan evolucionando.

 

Economía Social vs Economía Solidaria

La economía social se entiende comúnmente como un «tercer sector» de la economía, complementando el «primer sector» (privado/con fines de lucro) y el «segundo sector» (público/planificado). El tercer sector incluye las cooperativas, mutuales, asociaciones y fundaciones (CMAF). Estas entidades se organizan en forma colectiva y se orientan en torno a objetivos sociales que son priorizados por encima de las ganancias o de los ingresos de los accionistas. El principal objetivo de las CMAF, como sociedades de personas, no es maximizar beneficios, sino lograr objetivos sociales (lo que no excluye obtener una ganancia, lo cual es necesario para la reinversión). Algunos consideran que la economía social es la tercera vertiente del capitalismo, junto con los sectores público y privado. Por lo tanto, los defensores de la economía social empujan para que se le conceda a la economía social la misma legitimidad que a los sectores público y privado, con un nivel correspondiente de apoyo en materia de recursos y políticas públicas. Otros, desde una perspectiva más radical del espectro, consideran que la economía social es un paso hacia una transformación más fundamental del sistema económico.

La economía solidaria aspira a transformar de manera holística el sistema social y económico y propone un paradigma alternativo de desarrollo que respete los principios de la economía solidaria. Se persigue una transformación del sistema económico capitalista neoliberal, para transformar un sistema que da primacía a la maximización de las ganancias privadas y al crecimiento ciego hacia un sistema que ubique a la gente y al planeta en su centro. La economía solidaria como sistema económico alternativo incluye en sus propuestas los tres sectores privado, público y el tercer sector.

 

Empresa social

Una comparación de las definiciones de la empresa social utilizadas por las asociaciones de empresas sociales en el Reino Unido, los EE.UU., Europa y Canadá, muestra que tienen las siguientes características en común: 1) la empresa sirve un fin social, como combatir la pobreza o la exclusión social 2) la empresa genera ingresos de la venta de bienes y servicios, en lugar de depender de subvenciones y 3) los beneficios se reinvierten en la misión social en lugar de maximizar el valor para los accionistas.

Cuando las definiciones difieren es en términos de propiedad y control. La corriente que se centra en los accionistas (stockholders) confiere el control a los dueños, es decir al individuo o al grupo de inversionistas que compraron acciones en la empresa. En este caso, el control se otorga al capital en función de la cantidad de dinero invertido. La segunda corriente confiere el control a una entidad que representa a las partes interesadas (stakeholders) que tienen un interés o una participación no sólo monetaria en la empresa. Esto podría incluir a los trabajadores, a la comunidad, los beneficiarios, o una organización sin fines de lucro.

Mientras las asociaciones del Reino Unido y de Estados Unidos incluyen ambas formas de empresas sociales, es decir, tanto las que otorgan control a los accionistas o a las partes interesadas, las asociaciones europeas y canadienses restringen su definición para incluir sólo el modelo que se centra en el control por las partes interesadas.

 

Buen vivir y derechos de la Madre Tierra

La ESS adhiere al concepto de los derechos de la Madre Tierra, que es ligado al paradigma del buen vivir y se basa en las perspectivas indígenas de los seres humanos viviendo en respeto y en armonía con la Madre Tierra, en lugar de una relación utilitaria con la naturaleza. Cabe decir que el buen vivir no es un modelo que se puede generalizar. Sus expresiones cambian de una comunidad, cultura y nación a otra. Sin embargo, sus diferentes expresiones tienden a ser firmemente vinculadas con, y asentadas en, elementos claves de la ESS (tanto materiales e inmateriales, cuantificables y no cuantificables): los lazos comunitarios, la cultura, el acceso a la tierra, el acceso a los medios de producción e infraestructura, altos niveles de participación e involucramiento efectivo de las comunidades en las decisiones acerca de su futuro, la soberanía alimentaria, la paz, la igualdad de género, la biodiversidad, un ambiente sano, etc.

 

Crecimiento y decrecimiento

La ESS cuestiona la presunción de que el crecimiento económico siempre es positivo. Desde el punto de vista de la ESS, el impacto depende de las fuentes y objetivos del crecimiento. Para la ESS, el concepto de desarrollo es más útil que el de crecimiento los seres humanos, por ejemplo, dejan de crecer cuando son adultos, pero nunca dejen de desarrollarse.

La ESS debería promover y contribuir al desarrollo de indicadores que cambian el énfasis desde el crecimiento hacia el desarrollo y el buen vivir. La ESS necesita medidas que permiten tomar en cuenta el valor no sólo de los recursos físicos (tierra, agua, etc.) pero también de los activos inmateriales tales como la felicidad, el bienestar psicológico, laboral y social, los conocimientos indígenas, el trabajo no monetizado, etc.

El desarrollo debe dar prioridad al medio ambiente así como a la redistribución del poder y de la riqueza entre los ricos y los pobres. La ESS anhela fomentar un desarrollo económico que sea equitativo por sí mismo, al contrario de un desarrollo económico que pretende, a través de la redistribución, mitigar a posteriori las grandes disparidades creadas por el mismo modelo económico.

El desarrollo rural es de particular importancia para el bienestar de las comunidades rurales, además de ser crucial para reducir la migración forzada. Por ejemplo, el Estado debería proteger las iniciativas como la gestión comunitarios de los bosques en Nepal e India de la dominación de las grandes corporaciones.

En su afán por superar el paradigma dominante del crecimiento en sus perspectivas y prácticas, la ESS y el movimiento por el decrecimiento comparten bases potenciales de convergencias. Sin embargo, el concepto del decrecimiento tiene que ser discutido con mayor detalle dentro del movimiento de la ESS para desarrollar de éste una comprensión común.

 

Bienes comunes

Los bienes comunes son los recursos, tanto naturales como creados socialmente, que se gestionan colectivamente en beneficio de una comunidad o de la tierra. Los bienes comunes naturales incluyen, por ejemplo, el aire limpio y el agua, aunque éstos son cada vez más privatizados o utilizados para beneficio privado.

Los bienes comunes socialmente creados incluyen elementos como el idioma, los cuentos populares o Wikipedia. Por lo tanto, los bienes comunes no se refieren únicamente a la protección del medio ambiente, sino también a los recursos sociales que apoyan los derechos básicos a la salud, a la educación, a la equidad y a la diversidad.

 

Responsabilidad social de las empresas (RSE)

Se notan diferentes niveles de comodidad con los conceptos de empresa social y de responsabilidad social de las empresas. Esto se complica por el hecho de que distintos países tienen diferentes definiciones de estos términos.

El discurso y las prácticas de la RSE tienen como objetivo integrar un enfoque ético en las prácticas corporativas y, en teoría, pueden ser compatibles con los valores de la ESS. En la práctica, si bien hay muchos ejemplos de RSE que resultaron experiencias positivas, existe un peligro real de que la RSE se utilice como una herramienta de relaciones públicas. Por ejemplo, corporaciones como Coca-Cola y Shell Oil pueden presentarse como campeones de la sostenibilidad, del desarrollo económico local y del empoderamiento de la comunidad, y al mismo tiempo implementar prácticas perjudiciales para los trabajadores, el medio ambiente, las comunidades locales, las pequeñas empresas o la agricultura campesina.

Otro riesgo es que los gobiernos y las corporaciones den preferencia al marco voluntario de la RSE y no a la adopción y aplicación de un enfoque de derechos humanos que se base en obligaciones jurídicas. Los actores de la ESS deberían aprovechar las oportunidades de colaboraciones fructíferas de la RSE cuando éstas se realicen en condiciones de igualdad, pero tener cuidado de no ser cooptados.