Un movimiento de economía solidaria está emergiendo de las comunidades de bajo ingreso en Massachusetts. Este movimiento aspira a transformar el capitalismo -como lo conocemos- en un mundo arraigado en valores de democracia, justicia y sostenibilidad. Estos sueños surgen de aquellos que hacen Black Lives Matter, de los trabajadores inmigrantes que sufren sueldos muy bajos, de los ex-prisioneros excluidos de la economía dominante, de los arrendatarios apenas capaces de pagar la renta y de las comunidades desplazadas.

Un nuevo informe publicado por Solidarity Economy Initiative  examina ocho casos de comunidades de bajo ingresos en Massachusetts. Los autores Penn Loh y Sarah Jimenez nos dan a conocer como las aspiraciones para la transformación se están extendiendo desde Springfield, Worcester hasta Lynn y Boston. Las comunidades se están organizando para resistir y reformar el sistema actual, construyendo al mismo tiempo alternativas que van más allá del capitalismo. Están poniendo en marcha cooperativas, fondos de inversión territorial comunitarios y otros fondos controlados por la comunidad. Están modelando una economía y una gobernanza democrática basadas en el bien común, el cuidado colectivo y ponen a la gente y al planeta encima de los beneficios. Las comunidades están soñando construir unos ecosistemas regionales que pueden impactar y transformar la sociedad desde la base.

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los casos estudiados:

Wellspring (Springfield)

Alliance to Develop Power (Springfield)

Worcester Solidarity and Green Economy Alliance (SAGE)

Center for Cooperative Development and Solidarity (East Boston)

Greater Boston Community Land Trust Network

New Lynn Coalition

CERO Coop (Boston)

Boston Ujima Project